Mucha de las veces siendo como se es (algo alborotado de las hormonas), ocurren ciertas cosas que a la final no hacen más que hacerlo reflexionar a uno mismo sobre qué es lo que se ha ocacionado...
Qué es lo que impulsa al corazón a sentir esa incertidumbre, el tener que elegir una opción de las que se tiene, es algo que lleva a pensar largas horas, considerar qué es lo que se ha hecho para llegar a este punto y considerar las señales que recibe de esas personas.
Mientras que la una juega contigo (o puede ser que tenga algo de verdad), la otra te da una sorpresa que no la esperabas (un beso por ejemplo), y accidentalmente pasas una velada con otra que, talvez no muestre todas las señales, pero que es una posible opción... entonces????
Muchas veces se dice que no podemos hacer lo que tenemos que hacer con un vacío en el corazón, pero a veces, el complemento del corazón es el mismo vacío (irónicamente). Entonces surge aún mas la confusión en esto.
Qué hacer? si la opción que tomé era la incorrecta? y si es la correcta? que puede suceder si...? seguirán las otras opciones disponibles si escojo una? etc, preguntas sin respuesta, juego sin solución, lo que lleva a pensar en la única alternativa posible: dejar todo como está, no elegir ninguna, y llevar una vida como si nunca se hubieran presentado estas opciones...
Claro, muchos dirán: "mejor haberlo intentado" pero... esos intentos pueden costar amistades, ocacionar dolores y sufrimientos a ti y la las demás personas. Una decisión nunca tiene un efecto personal, una decisión involucra a muchas personas si nos ponemos a pensarlo bien, y eso es lo que hay que cuidarse.
En el corazón, nadie sabe lo que sucede, es como una parte desconocida en nosotros, pero muy propia a la vez, es una relación extraña, nunca nadie sabe lo que puede suceder, por eso es indispensable meditar muy bien cada opción y considerar las posibles consecuencias.
Respecto a mi elección, escojo vivir. ¿Qué significa? Simple, escojo no hacerme daño a mi mismo ni ocacionarles daños, sufrimientos y rencores a los demás.
Diego Patricio
